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BRUXISMO

BRUXISMO

Se considera bruxismo a la acción de rechinar los dientes o apretarlos
fuertemente en momentos en los que no se requiere, normalmente durante el sueño.
 
Tradicionalmente se ha considerado que el bruxismo es la consecuencia de la presencia simultánea de un problema dental y el estrés. Varias investigaciones parecen indicar que para que aparezca el bruxismo debe existir una interferencia oclusiva, es decir, una dificultad para poder cerrar la mandíbula en una posición de equilibrio cómoda. Sin embargo, las mismas investigaciones constatan que la interferencia oclusal por sí misma no genera el bruxismo, para ello hace falta que la persona se encuentre en un estado de ansiedad. Otras investigaciones, han constatado que cuando ya existe bruxismo, el hecho de eliminar las posibles causas físicas que dificultan la posición de descanso en la mordida no eliminan el bruxismo.
Se puede hipotetizar que el bruxismo es una conducta involuntaria derivada del estrés que se produce en caso de interferencia oclusal, pero que una vez
aprendida se convierte en un hábito que se manifiesta en respuesta al estrés y que no se extingue aunque se eliminen las causas físicas primeras que la provocaron.
 
Investigaciones realizadas sobre el bruxismo en las fases de sueño parecen indicar que se produce en las fases más próximas a la vigilia: Estadio 1, Estadio 2 y REM. Aunque varía mucho según cada persona, la medía vendría ser de unos 5 episodios de bruxismo por noche y unos 8  segundos de duración de cada episodio.
 
El mecanismo neurofisiológico del insomnio sería similar al de la tensión muscular, con una activación simpática que provoca contracción muscular y la acción del mecanismo de seguridad de la mordida, que produciría la distensión. Este conjunto de movimientos cíclicos produce el fenómeno de bruxismo.
 
El neurofeedback permite reducir el bruxismo eliminando la ansiedad general, con un entrenamiento que reduzca la hiperactividad cortical típica de las personas sometidas a estrés.